Puede que hayas oído hablar de gente que aprende inglés a través de programas como La Oficina y me preguntaba si esa estrategia también podría funcionarte a ti. Ver películas en español es una de las formas más atractivas y divertidas de sumergirte en la lengua. Ver los medios de comunicación españoles te expone al habla natural, a los matices culturales y a una variedad de dialectos que son difíciles de reproducir en los libros de texto. Sin embargo, si quieres aprovechar al máximo esta experiencia y convertir tu entretenimiento en una herramienta de aprendizaje eficaz, aquí tienes algunas estrategias que debes tener en cuenta.
1. Elige el contenido adecuado
El primer paso es seleccionar los programas de TV o películas adecuados. Si eres principiante, es buena idea empezar con programas o películas diseñados para estudiantes de español o con argumentos y diálogos más sencillos. Por ejemplo, programas infantiles como Dora la Exploradora o Pocoyó puede ser una introducción divertida y no intimidatoria a la lengua. A medida que avances, puedes pasar a material más complejo, como las telenovelas (La Reina del Sur) o series aclamadas por la crítica como La Casa de Papel (Robo de dinero).
Además, es útil elegir contenidos que coincidan con tus intereses. Si te gustan los dramas policíacos, las comedias o las películas históricas, busca equivalentes en español de esos géneros. De este modo, te mantendrás motivado y comprometido mientras las ves.
2. Utiliza los subtítulos sabiamente
Utilizar subtítulos es clave cuando ves contenidos en español para aprender idiomas, pero cómo los utilices puede afectar mucho a tu progreso. Para los principiantes, es útil empezar con subtítulos en inglés para entender el argumento mientras escuchan el audio en español. Esto te familiarizará con el sonido de la lengua y te permitirá captar nuevas palabras.
A medida que te sientas más cómodo, cambia a los subtítulos en español. Esta es una forma excelente de conectar la palabra hablada con su forma escrita, reforzando tus habilidades de lectura a la vez que amplías tu vocabulario. Con el tiempo, intenta ver la película sin subtítulos para poner a prueba tu comprensión. No te preocupes si tardas un poco, ¡es completamente normal! Puede que pasen algunos años antes de que te sientas totalmente cómodo desactivando los subtítulos. Además, los dialectos a los que no estás acostumbrado pueden requerir más tiempo de adaptación.
3. Toma nota del vocabulario y las frases
Cuando encuentres una palabra o frase nueva que te parezca interesante, anótala. Esto es especialmente útil cuando aprendes expresiones idiomáticas, argot regional o rellenos conversacionales como "vale" (ok en España) o "chévere" (genial en América Latina). Lleva un cuaderno o utiliza una aplicación para organizar y repasar estos nuevos términos.
Si el diálogo avanza demasiado rápido como para tomar notas, siempre puedes pausar o rebobinar la escena. También puedes volver a ver tus episodios o escenas favoritos más tarde, prestando más atención al lenguaje la segunda vez. Esto depende totalmente de ti y de lo que te ayude a mantenerte inmerso.
4. Presta atención a la pronunciación y a los acentos
Ver programas de televisión y películas te expone a diversos acentos regionales y estilos de pronunciación. Por ejemplo, el español hablado en España (castellano) utiliza a menudo el sonido "th" para la letra "c" (como en gracias), mientras que el español latinoamericano no. Reconocer estas diferencias puede mejorar tanto tu comprensión oral como tu capacidad para adaptarte a distintos entornos hispanohablantes.
Si encuentras un acento que te guste especialmente, imita la forma de hablar de los personajes. Practicar en voz alta mientras miras te ayudará a mejorar tu pronunciación con el tiempo.
5. Sumérgete con constancia
Ver un episodio o una película no te hará hablar con fluidez, pero convertir esta práctica en un hábito regular mejorará gradualmente tus conocimientos lingüísticos. Aunque sólo tengas tiempo para 20 minutos al día, la constancia es la clave. Intenta incorporar los medios de comunicación en español a tu rutina, quizá durante la comida o antes de acostarte.