Iniciar una práctica diaria de meditación es una de las mejores formas de estar más atento y enraizado, al tiempo que reduces el estrés y la ansiedad. También puede ayudarte a entrenar tu cerebro para que alcance el máximo rendimiento, lo que te ayudará a aumentar tu potencial de aprendizaje. Aunque no medites de la forma típica, crear un hábito de meditación puede beneficiarte de numerosas maneras. Muchas personas piensan que meditar es complicado o que sus mentes son tan ruidosas que les resulta imposible mantener la calma y sentarse a meditar. Pero la meditación no debe parecer restrictiva. Tienes la capacidad de entrenar y acondicionar tu mente, igual que haces con tus músculos cuando haces ejercicio. Aunque hayas intentado meditar antes, merece la pena volver a intentarlo. La meditación puede abrirte el camino para cosechar más felicidad, confianza y concentración en tu vida. También puede ayudar a que tu cuerpo se sienta mejor, e incluso puede que te encuentres aprendiendo cosas nuevas, como hablar una segunda lengua. He aquí cómo crear una práctica de meditación diaria que te resulte adecuada:
Sé sincero contigo mismo
Mantenerte feliz, sano y honesto es el principio y el fin de cualquier meditación. Es natural relajarse y reducir el estrés con una meditación breve y única, pero quien comienza una práctica diaria también encuentra en ello un descanso para ser él mismo y conocerse mejor, además de la mejora de la salud emocional y el rendimiento mental para aprender un nuevo idioma o para cualquier otro fin.
Fijar hora y lugar
Como con cualquier hábito saludable, es necesario establecer un momento y un lugar que funcionen para ti. Recuerda que la idea es crear un hábito que te haga sentir seguro, permitiendo que tu mente y tu corazón sepan que se trata de un espacio que mejorará tanto la calidad de vida como la capacidad de aprender.Empieza con la Respiración y la Visualización
No es necesario que intentes hacer meditaciones extensas o complejas, al menos al principio. Cualquier estilo de meditación del mundo centra su base en la respiración, la alineación y la visualización. Con estos recursos básicos, combinas y entrenas la mente, el cuerpo y la respiración para que se sincronicen y funcionen como uno solo.Utiliza otras herramientas
Para encontrar un estilo que se adapte mejor a ti o simplemente para variar la rutina, puedes buscar también otros recursos meditativos que incluso puedes utilizar para ayudarte a calmar la mente antes de empezar tu práctica formal. Las siguientes son las herramientas más fáciles de incluir:- Pranayams: Técnicas de respiración especializadas. La mayoría de ellas son realmente fáciles de hacer y pueden ayudarte no sólo a relajarte, sino también a mantener la mente alerta. Ejemplos: Respiración con fosas nasales alternas y respiraciones segmentadas.
- Música de fondo: Normalmente son sonidos de la naturaleza o gongs tibetanos, pero también puedes utilizar música más alegre si haces meditaciones activas o dinámicas.
- Estiramientos corporales: Calentar o estirar un poco también ayuda a despertar tu mente a la vez que relaja tu cuerpo.
Practica la gratitud
La gratitud es el estado de conciencia más poderoso que puede sentir un ser humano. Haz una pausa al final de la meditación sólo para darte las gracias a ti mismo y a Dios/Universo por este momento presente y por lo que te ocurre. Se ha demostrado que la gratitud ayuda a aumentar la autoestima y te permite ver el mundo sin prejuicios tóxicos.